HOJA DE RUTA DE UN NIÑO O UNA NIÑA CON DISLEXIA
- Artículos Cordas • 8 de octubre de 2020
“SI TIENES DISLEXIA, PON UNA LOGOPEDA EN TU VIDA”
Esta carta es una reseña que una mamá nos escribió. Con sus palabras expone toda una hoja de ruta describiendo cada una de las paradas en las que acompañamos a cada uno de nuestros niños y niñas con sus familias. Esta carta está dedicada a una de nosotras y hemos omitido el nombre para que llegue a todos los compañeros y compañeras de profesión que también acompañan a sus niños y niñas.
«Nunca estaré lo suficientemente agradecida al destino por poner a XXXX en la vida de mi hija María. Esto supuso, sin duda, un antes y un después en la gestión de su dislexia.
Tras varios años de sospecha de que algo fallaba, por fin y recomendada por el centro escolar donde María cursaba 4º de primaria nos pusimos en contacto con XXXX.
La historia de María es la de tantos otros menores que al no ser detectadas sus dificultades de aprendizaje tempranamente pasan por un calvario y una terrible frustración porque todo su esfuerzo (que habitualmente es mucho) resulta vano. Se sienten impotentes hasta que descubren que aprenden de forma diferente.
Tras varios años de frustración, principalmente por parte de María y por nosotros como padres, todos sentíamos una profunda impotencia, una percepción de estar golpeándonos contra un muro infranqueable, hasta que contactamos con XXXX.
La primera bocanada de aire llegó junto con el diagnóstico: “Dislexia”. Por fin el enemigo tenía un nombre. Sin embargo, un nombre sin apellidos sólo sirve para etiquetar y las etiquetas sólo señalan, en la mayoría de los casos para discriminar y excluir. Por eso cuando XXXX nos leyó el informe respiramos porque identificó con pelos y señales las dificultades que se encontraba María a la hora de leer, a la hora de escribir, a la hora de calcular…, y no sólo eso, sino que cada dificultad venía acompañada de una medida específica para trabajar con ella, en el gabinete, en el colegio y pautas de actuación para nosotros cuando la ayudáramos en casa.
Para nosotros, como padres, fue un alivio, no así para María que no acababa de entender por qué ella y no otros compañeros/as tenía que, además, de ir al colegio y hacer sus tareas en casa, “ir a XXXX”. A nadie nos gusta sentirnos distintos y menos cuando deja al descubierto una dificultad. Creedme que María no se lo puso fácil a XXXX. Sin embargo, tuvo la capacidad de ir ganándosela día a día. ¡Qué importante la profesionalidad!, el buen hacer pero si no va acompañada de una buena dosis de empatía y gestión emocional, fracasa inevitablemente.
Tras varios años de trabajo con XXXX (4 años exactamente) y una vez María comprendió cómo aprendía, qué dificultades se encontraba en este proceso, y generó estrategias suficientes, por fin llegó el momento de continuar su andadura sin apoyo. Aún recuerdo cuando XXXX me decía que ya estaba preparada y María se resistía a no volver con XXXX .
En la actualidad, María cursa 2º de bachillerato consciente de en qué áreas encuentra más dificultades, con buenos resultados académicos, pero sobre todo con una maleta cargada de herramientas y estrategias personales que no le impiden lograr los objetivos personales y académicos que se propone. Por todo ello, no podemos estar más agradecidos/as a XXXX. Excelente profesional y mejor persona. ¡¡¡Gracias!!!»
Esta hoja de ruta tiene una parada más, puesto que la mamá de María nos escribió esta carta en abril. Actualmente María ha aprobado la selectividad con notaza y el 21 de mes pasado empezó la carrera que quería y lo más importante ¡es muy feliz!